jueves, 8 de enero de 2009

Instantes de un 8 de enero

En algún lugar de california también es Cancún: El sol asoma sus cabellos entre nubes y almas soñolientas, mientras las carreteras van pintando autos de gente con prisas. Hay niños de las manos de sus padres y árboles haciendo fotosíntesis en sus hojas y bicicletas rodando y perros ansiando volver a la calle a olfatear enemigos y vecinos.

En algún lugar de california y de Cancún ella y yo comenzamos una historia. 8 de enero del 2009. Porque esta fecha es especial para ella y para mí.
Para ella porque cada año empieza una historia este día, en memoria de un ser querido y de un libro afortunado que comenzó justamente una mañana como hoy un año antes de mi nacimiento y marcó su trayectoria literaria de éxitos escaléricos* y para mí, porque lo sé un momento mágico: Ella, autora de mis primeros libros de adolescencia y yo, estamos haciendo lo mismo en este momento. ¡En un universo tan grande!, un planeta habitado por miles de millones de personas y los acontecimientos sucediendo a la velocidad de la luz y la gente matándose en guerras lejanas y cercanas y tumbas recientes y añejas recibiendo flores arrepentidas y las olas del mar bailando quedo y la arena tomando las formas de los pies desnudos y ese letrero de Hollywood impávido en la montaña y las iglesias, templos, mezquitas, sinagogas de todo el mundo rezando hacia adentro…y Ella, Isabel Allende en su casa de California escribiendo, y yo, en Cancún, escribiendo.

Dos coincidencias inauditas: ella no sabe que yo sé que ella escribe y que a la vez, al igual que ella, tampoco sé como comenzar...

8/01/2009
*Escalérico. Esta palabra estoy casi segura que no existe, y si existiera, su significado sería obvio. Quise decir, en ascenso...

En 1981 Isabel Allende recibió la noticia de que su abuelo, al que adoraba, estaba a punto de morir. Era el día 8 de enero, y la carta que comenzó a escribirle resultó ser el inicio de su primera novela, "La casa de los espíritus". Desde entonces, cada 8 de enero empieza una nueva novela. "Fue un libro muy afortunado, de modo que consideré propicia aquella fecha. Es una cuestión de superstición, pero principalmente de disciplina. En este trabajo no tienes fecha de entrega ni jefe. Tienes que imponerte la disciplina tú misma, si no nadie lo hará".

No hay comentarios: